Si no fuera tan grave solo sería la demostración de la negligencia política.
Porque resulta que, según el INE, en el año 2023 ha crecido un 12 % el número de mujeres maltratadas en España.
Ha crecido un 32 % el número de menores que han sufrido castigos y venganzas físicas.
La violencia doméstica ha aumentado un 12 %.
Y las medidas cautelares están disparadas.
¿Para qué sirve entonces esa Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Genero? Para nada. Para tomarnos el pelo.
¿QUIÉN DEFIENDE A LAS MUJERES Y A LOS NIÑOS?
Cuanto más alardean los políticos de turno de su esfuerzo por combatir la violencia de género y el maltrato de los menores, más y más crece el número de mujeres y niños maltratados.
No es extraño que muchas mujeres me digan que deberían pasarse a la distopia de mi novela ESTAS MUERTO, CABRON, y empezar a vengarse directamente contra los maltratadores de ellas y de sus hijos.
Es una coña que después de los años pasados sin que las leyes solucionen este grave problema.
Y todavía hay políticos que alardean de ser grandes defensores de las mujeres y sus libertades.
¡QUE MORRO TIENEN!
No en vano crece y crece la desconfianza de los españoles en la política y las instituciones, según el Banco de España.
Por eso la elevada abstención en las elecciones catalanas y por eso nueve de cada diez mujeres maltratadas no han presentado denuncia en este 2024. ¿Para qué? Un hijo de puta las matará igual cuando lleguen a casa.
¿Alguien se ocupa de los problemas de los españoles y españolas? Nadie. Estamos discutiendo quien se queda con el Monopoly.
La negligencia política para acabar con los hombres violentos nos lleva al ojo por ojo y diente por diente.
Crédito imagen: Carlos Díaz (EFE)