El jugador de fútbol del Real Madrid, el brasileño Vinícius, fue rotundo en su rueda de prensa del lunes 25 de marzo: España no es un país racista, pero hay racistas en España.
Es un dato oculto entre las verdades a medias que circulan por España.
España tiene mucha legislación contra la violencia de género y todo el mundo alardea de respetar a las mujeres. Pero maltratadores, violadores y asesinos de mujeres hay muchos.
Por eso decidí escribir la novela ¡ESTAS MUERTO, CABRON! Porque ante una exhibición de política correcta y una sociedad hipócrita hay que sacar los trapos sucios a pasear.
Hay hombres muy machos que maltratan a las mujeres y las matan. Y hay políticos que alardean de proteger a las mujeres y se conforman con las pancartas.
¿Qué pasaría si las mujeres se hartaran y decidieran matar, envenenar, a los hombres que las maltratan o las desprecian? Una distopia, sí, pero ¿descabellada? La historia está repleta de casos como estos y nadie lo ha incorporado a la sensibilidad colectiva.
Hemos aceptado que los hombres maten a las mujeres (55 casos en 2023 frente a 46 en 2023) y que como mucho estas presenten denuncias que sirven para poco (194.000 en 2023). Un violador demostrado como Dani Alves ha salido de la cárcel tras pagar UN MILLON DE € DE FIANZA.
Vinícius, un excelente jugador brasileño negro, recordó entre lágrimas en la rueda de prensa que el racismo existe en España y que nadie hace nada por evitarlo.
En Brasil si a un jugador le llaman “mono” y le insultan por ser negro el macho blanco sale esposado del estadio. En España no pasa nada, aunque todos alardean de solidaridad con el futbolista.
Violencia de género, racismo y otras muchas variables del mal pasan por la acera de al lado sin que nadie se perturbe. Como se cuenta en mi novela, solo hay declaraciones oficiales y se alzan pancartas para demostrar solidaridades hipócritas. Pero al día siguiente se repiten los gritos contra el negro o matan otra mujer o la violan. Por eso lloraba Vinícius.