En la España actual el periodismo tiene una premisa contraria a la versión histórica: Perro come carne de perro.

Con la agenda setting tan histriónica que vivimos esa gastronomía idealiza la defensa mediática de un patrón político para matar al otro amo. O matas o te matan. Puro lenguaje de medios y redes sicarias.

En la España actual el periodismo tiene una premisa contraria a la versión histórica: Perro come carne de perro. Y Sánchez ha cogido su fúsil para arbitrar las formas de acabar con algunos perros.

El presidente del Gobierno, revestido ahora de Joaquín Costa y su regeneracionismo, ha anunciado que se queda para regenerar la democracia española, que solo hace unas semanas era de las más virtuosas del mundo, según sus propias palabras.

Y conociendo las maneras de las regeneraciones en los tiempos modernos, el anuncio de Sánchez significa toda una orden ejecutiva para movilizar todas las armas contra las disidencias mediáticas.

Siete llaves al sepulcro del CID, que decía Costa en el siglo XIX.

Con la agenda setting en la mano en España o matas o te matan mediáticamente y Sánchez se ha hartado. Nada de dimisiones y elecciones anticipadas. El guion escrito hace semanas se cumple y se cumplirá, como veremos en las próximas semanas. Sánchez ha vuelto.

De hecho, minutos antes del anuncio de Sánchez los predicadores afines ya presionaban para que Sánchez fuera muy duro con la disidencia mediática. O matas o te matan. Las consignas ya vuelan hacia los sicarios.

Y hay que tener claro que hay sicarios en todos los frentes. Incluso algunos se han metido con Serrat por aceptar el premio Princesa de Asturias. ¿Quién manda a estos sicarios?

 Así que Pedro Sanchez ha concluido en el mantra perfecto. La manipulación fascista tiene la culpa de todo.

El guion podía haberlo escrito Noam Chomsky, con sus diez postulados sobre la manipulación, solo que sus defensores mediáticos en España suman tantas manipulaciones como los acusados.

La manipulación en España la ejercen históricamente dos y tres bandos por intereses y por territorios. No digo por izquierda y derecha porque son convencionalismos solo útiles para defender posiciones de poder.

Y si hay alguien interesado por averiguar sobre esa manipulación solo tiene que comparar tertulias, periódicos, redes y localizar las frases comunes y los análisis intencionados. En todas hay una consigna repetida en una dirección o la contraria, simplemente porque perro come carne de perro.

¿Quién fabricó todos los bulos contra Begoña Gómez?

¿Y quién fabricó las mil portadas contra Francisco Camps que luego quedaron en nada?

¿Y quién sacó a pasear las falsedades contra Ferrovial y Telefónica que Sánchez quería desprestigiar?

Manipulaciones y sicarios se mueven muy bien en este país, hasta que Sánchez empiece la regeneración. ¿Pero a quién regenerará? ¿A él mismo?

Por ejemplo, hace semanas se activó lo del perro come carne de perro para justificar la carta.

Y luego ya vinieron autobuses fletados hace un par de meses y un guion pormenorizado por días . Y un lunes exquisitamente elegido en una semana en la que media España estará de puente. ¿Dónde empieza la regeneración? Cosa complicada.

No es extraño, pues,  que Ricardo Piñeiro, el intelectual de mi novela  ESTAS MUERTO, CABRON desprecie la ignorancia que reina en el mundo mediático español, porque los periodistas son incapaces de buscar la verdad y solo viven de consignas.

Y lo de Sánchez era previsible: el poder absoluto antes de la gloria dudosa.