Ya llevamos 16 millones de turistas en solo un trimestre.
Turismo y construcción vuelven a ser los dos grandes motores de la economía española.
Así que repetimos la experiencia y vivimos del turismo, el ladrillo y el consumo en bares, tal cual como en la crisis de finales del siglo XX.
Y otra vez sin generar valor añadido, innovación y riqueza en industria, agricultura y servicios tecnológicos. Y sin fomentar la productividad.
Hacemos en 2024 lo mismo que implantó Manuel Fraga entre 1962 y 1969, solo que con Pedro Sánchez en el poder y PP, el PSOE y los nacionalistas en las autonomías.
¿Será entonces extraño que vuelvan las perturbaciones económicas?
¿Alguien controla las incertidumbres propias y ajenas?
¿Quién va a poner pegas a que crezca el turismo y la construcción con los bares llenos?
Y ojo: que a nadie se le ocurra hablar de agua y cambio climático ante los turistas.
El turismo es un gran invento que genera la construcción de un hotel cada cuatro días en Madrid, Málaga, Canarias y Valencia.
El turismo es un gran invento que facturará más de 200.000 millones de € este año.
Y eso solo trabajando 37 horas a la semana. Una maravilla ruinosa.
No importa: somos los camareros de Europa. Somos a la par Florida y la California europea.
El turismo es un gran invento porque deja dinero y propinas. No hace falta buscar más, ni siquiera nuevos cultivos con menos consumo de agua.
Por eso Roberto Piñeiro dice en mi novela ¡ESTAS MUERTO, CABRON! que la culpa de todo la tiene la ignorancia y la negligencia de nuestros jefes de fila, que se parecen cada vez más a Manuel Fraga.
Mayo 2024